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Retrato de una generación en México, por Jorge Aviña

  • Foto del escritor: maycrespo1
    maycrespo1
  • 17 jun 2022
  • 8 Min. de lectura

Entre obras y dibujos, Jorge nos cuenta la historia de su trayectoria como artista


Fuente: Jorge Aviña Ilustrador

“Una vez en una plaza una señora se me acercoó y me dijo ‘Señor, por el libro vaquero yo aprendí a leer, quería saber yo qué era lo que decían los dibujos’, entonces cuando me decían que mejor me dedicara a la cultura, me daba cuenta que la historieta también era cultura”

Ahí estaba Jorge, sonriente compartiendo su vida, dejando ver las marcas de los años por todo su rostro “Un amigo hizo mi retrato para las tarjetas de presentación, pero yo creo que ya es momento de dibujarle algunas arrugas”. Se esconden detrás de esos lentes sus ojos que han visto experiencias por el mundo “72 años, y la experiencia ganada me ha ayudado”.


Veinte años ilustrando, llenando de color y de arte símbolos emblemáticos mexicanos, páginas que se leían en el descanso del trabajo, o en aquel camión camino a casa. Yo sólo lo veía sacando las portadas de aquel portafolio que cargaba en mano al llegar, en una mano el portafolio y en la otra su esposa.


"Nos conocimos hace 16 años, es mi segundo matrimonio, ella se encarga de cobrar los pagos y a quienes no pagan les manda unas cartas muy muy elegantes solicitando el pago, y pagan, aunque a veces no, por eso pido un 50% de anticipo para poder comenzar"


Eran portadas muy grandes, que dejaban ver a los vaqueros en cada lucha, en cada riña y aventura. Protegidas con una película plástica, Jorge las compartía “Esas las rescaté de la basura, cuando se fue el director tiraron todo y ese trabajo me pertenecía”. Del portafolio no paraban de salir dibujos, libros, retratos. Uno en particular llamaba mi atención, era el barbón consentido de Jorge “Muchas veces fui a cuba y nunca pude conocer a Casto”. Libros infantiles también aparecían, osos y tigres se asomaban de los libros.



Fuente: Jorge Aviña Ilustrador

-Hago cuentos infantiles para Francia, también estoy trabajando para una portada de Alicia en el País de las Maravillas. Me gustaría más difusión para trabajar con el extranjero, y es que con la comunicación es muy fácil, ya no tengo que ir hasta allá a entregar mi trabajo, ellos lo reciben y me pagan. No me siento desplazado por la era digital, a mí me ayuda mucho. Uso la computadora y sé lo básico: enviar mi trabajo y contrastar colores o incluso pequeñas modificaciones en Photoshop, a la gente le gusta ver la pincelada en el dibujo y por eso me contratan. El estilo que tengo es lo que me da trabajo, uso la misma técnica de hace 50 años pero para algunos esa técnica es novedad.

- Entonces, ¿cómo definiría su estilo?

- Retro

- ¿Y su técnica favorita?

- Wash, porque es rápido y el mismo día que termino puedo enviar mi trabajo, a comparación del óleo que debo esperar a que seque. A mí me gusta mucho el óleo, pero puedo trabajar con cualquier tipo de pintura. Si me dijeran “vas a pintar sólo retratos” pues yo encantado, me gusta mucho sentarme a pintar.

- Pero entonces, ¿cómo empieza la aventura del dibujo?

- El dibujo me ha gustado desde siempre, agarraba los pinceles y a los seis años hice mi primer óleo. No era buen estudiante, en lugar de números mis cuadernos estaban llenos de dibujos. Cuando llegué a la prepa tuve que empezar trabajar en un estudio de dibujo, ahí comencé con la historieta. Después me dediqué a la caricatura política. Sí, con la caricatura sufrí censura. Hice una caricatura para el Universal donde salía el gobernador Montiel, él había dicho que en Estado de México no había ratas entonces lo dibujé con una rata en su cabeza y acariciando a otra y decía “En el Estado de México no hay ratas”, después de eso ni trabajé en el Universal ni la publicaron. También pasé cosas bonitas por la caricatura política, una vez me habló la secretaria del Sr. Carstens cuando acababa de entrar al Banco de México y como él esté gordito hice una que decía “Ahí está el señor que cuida el peso”, yo nada más escuchaba cómo él le decía a su secretaria “Dile que trabajo mucho por México” al fondo de la llamada. A Fox también le hice una y me la pidió y se quedó con la caricatura. Te digo que he pasado por muchas cosas gracias a la caricatura, pertenezco a una sociedad mexicana de caricaturistas y estuvimos en el terremoto de 2017 haciendo caricaturas en la plaza de la caricatura a las personas que llevaran víveres, fue nuestra manera de ayudar.


Jorge Aviña y Miguel Angel Mancera. Fuente: Jorge Aviña Ilustrador

Fuente: Jorge Aviña Ilustrador

Al tomar una portada del libro vaquero, se deja ver el orgullo de Jorge plasmado en cada detalle, desde el cinturón hasta el techo de la cantina con la mesera y su charola “Mira, la muchacha siempre debía ir al lado derecho de la portada porque cuando las acomodaban en el puesto de revistas era lo que se veía, y también tenían que ser voluptuosas”


- Veo que también tiene dibujos de Zapata

- Sí, este es para ti. Tengo un libro de Zapata de editorial Planeta, hice la portada e ilustraciones de Zapata y Juárez

- ¿En el museo de la caricatura de Metro Zapata hay trabajo tuyo?

- Sí, tengo una ilustración en el museo y también está mi retrato en caricatura. Mira, este quédatelo, es Zapata en chiquito.


Fuente: Jorge Aviña Ilustrador

Me entregó la impresión de una caricatura de Emiliano Zapata mientras el plumón bailaba en el papel dejando un “Aviña” a su paso.


El Libro Vaquero ha sido un referente en mi vida


Fuente: Jorge Aviña Ilustrador

- Si le pidieran explicar el libro vaquero a las personas de otros países, ¿cómo lo describiría?

- Pues son vaqueros idealizados, unos buenos y unos malos. Representaba muchas cosas, las muchachas buenas eran rubias y las malas tenían pelo negro. El vaquero barbón era el malo y el bien peinado era el bueno. Eran creaciones de la mano del señor Márquez. Cuando era portadista se vendían casi un millón de ejemplares cada semana, aunque ahorita ya sólo salen como 20 mil. El libro vaquero, para mí, ha sido un referente en mi vida, me llevó a exponer en Barcelona, París y muchas partes de México. La gente me ubica por el libro vaquero pero no me siento encasillado, encasillaron mi trabajo al principio pero me conocen por más cosas. Todo lo que hago lo hago con gusto, a veces no se paga muy bien pero estoy a gusto con lo que se me paga.


Me dedico a interpretar lo que la persona quiere

Fuente: Jorge Aviña Ilustrador

- ¿Cómo es el proceso creativo de tus trabajos?

- Me dedico a hacer bocetos de lo que la persona busca y se los envío. Ahora es muy fácil, gracias a la comunicación ya no tengo que hacer una presentación, sólo lo envío y ya lo aprueban.

- ¿Y para las portadas?

- Primero veía las páginas y también sacaba bocetos para enseñarle al director, aunque casi siempre sólo me decía que las hiciera. Cuando ya estaban listas las tenía que llevar a entregar porque en aquellos tiempos no se mandaban por correo electrónico.

- ¿Crea personajes desde cero?

- Sí, yo me dedico a interpretar lo que la persona quiere, y si me piden diseño de personaje lo hacemos. Esta semana estuve haciendo una mascota para un restaurante, también he diseñado personajes para series, películas, y hago un poco de animación. Como te digo, soy un intérprete, me dicen las características de lo que necesitan y al final lo hago.


Los gajes del oficio

- Bien se sabe que la formación de un artista se da por las cosas buenas pero también por las malas, ¿hay experiencias negativas en su trayectoria?

- Sí, una vez no me pagaron un trabajo de TV Azteca, pero fue problema con la intermediaria, ella se quedó con mi dinero. A veces también se retrasan los pagos, pero como te digo, mi esposa se encarga de escribir las cartas elegantes.

- ¿Ha costado llegar a donde está?

- Mucho, yo no tuve estudios profesionales, sí estudié pero en los libros, por eso a la gente que me pide consejos siempre les digo que los libros ayudan mucho, sobre todo fijarse en los detalles.

- ¿Qué se aprende de los libros?

- Muchísimas cosas, ahí fue donde yo aprendí mucho de lo que sé. Dibujar las manos es difícil y fue en los libros donde pude aprender a hacerlas bien, también lograr la perspectiva. La práctica es lo que ayuda. Una vez nos fuimos de vacaciones y como 20 días estuve sin trabajar, cuando regresé sentía mi pulso duro, no me sentía bien, por eso siempre que viajo sigo dibujando.

Las inspiraciones


Fuente: Jorge Aviña Ilustrador

- Mencionaba su gusto por la caricatura y las historietas de pequeño ¿Qué le gustaba?

- La verdad es que la caricatura me gustaba mucho. En mi época era diferente, estaba Tarzaán, la pequeña Lulú, Archie, el pato Donald y eso era lo que me gustaba leer de niño. Me gustaba tanto el comic que cuando comencé a trabajar quise dibujar para Marvel y me fui a Nueva York a buscar trabajo, ahí me recibió el señor Stan Lee, imagínate hace cuánto fue si tenía el pelo negro, fui en 1979, pero me dijo que me diera una vuelta después. Era muy amable el señor Lee pero ya no regresé.

- Y,¿En qué se inspiraba para hacer las portadas?

- Fíjate que en el viaje a Nueva York que te comentaba aproveché para conseguir modelos. Acá lo que había en los puestos de revistas era el libro vaquero pero allá estaban las revistas de Playboy y me traje algunas para que fueran mis modelos, después hasta les diseñaba ropa y todo.


Cosechando

- ¿Cómo fue trabajar con Netflix?

- Maravilloso, les hice unos carteles para una convención que se hizo en México. Me invitó un compañero, el “Cha” de Moderatto. Hice uno de Club de Cuervos y otro de Stranger Things, ahí conocí y me tomé foto con los niños de la serie. Después volví a trabajar con ellos en el proyecto de Luis Miguel, les hice unas portadas de discos para la serie.


- Y ¿qué es lo que sientes al ver que tu trabajo es parte de la cultura mexicana? Hablando de el libro vaquero, Memín Pinguín, incluso las producciones de Netflix.

- Se siente muy bonito que tu trabajo sea reconocido y aceptado. Para Memín tuve la oportunidad de ilustrar dos números especiales, uno de la Independencia de México y otro de la Revolución. También por lo de Netflix me reconocen, una vez estábamos en Argentina y al platicar con unas personas les enseñé las fotos del trabajo para Luis Miguel y al final hasta fotos se querían tomar conmigo. Se gana mucho con lo que hago, en ese mismo viaje comencé a hacer caricaturas con los muchachos del hotel y cuando regresamos nos dieron una suite, hay privilegios. Todo tiene sus puntos buenos y malos, a veces por trabajar uno se aleja de la familia pero al final todo vale la pena.


Fuente: Jorge Aviña Ilustrador


- ¿Ha tenido algún proyecto que lo marcara?

- Claro que sí, hace poco estaba ilustrando un libro de Frankenstein y otro de la Metamorfosis, no me lo vas a creer pero me dio mucha tristeza terminarlos, no quería que se acabaran. Cuando estaba haciendo la última página sentía que les faltaba algo, eran personajes muy intensos, me hubiera gustado que duraran diez páginas más.


La despedida

- Si ya no pudieras dibujar, ¿Qué haría en su lugar?

- Nada, yo creo que me muero si no dibujara. Una vez me fracturé el brazo izquierdo y como soy zurdo no podía trabajar. Me gusta tanto mi trabajo que era desesperante no poder hacerlo.

- Entonces, ¿Cuál ha sido el lugar más sorprendente donde has visto tu obra?

- En el Museo de Arte Moderno de París, fue una participación en el arte conceptual. No puedo describirte la emoción que sentí al subir las escaleras para entrar a la sala y ver todo lleno de mis dibujos, fue un orgullo y sentí tan bonito que no podía creerlo, nunca pensé llegar a esos lugares con mi trabajo.

- Por último, ¿Qué le dirías a las personas que tienen la inquietud de dedicarse al dibujo?

- Que en cualquier cosa, lo que sea que hagan, no dejen se ser constantes y se metan a lo suyo, ese es mi consejo, no abandonar sus sueños y ser constantes







Dejando la constancia como última palabra, agradecí a Jorge y su esposa por esa hora y media de su vida. Me permitió escuchar narraciones extraordinarias de su vida. Jorge no borraba la sonrisa que acompañaba su noble mirada y se mantuvo constante desde el primer momento.

El pincel ha sido la nave que lo ha llevado a cruzar continentes y naciones, llevando su trabajo alrededor del mundo para mostrar el cuento que se ha ido ilustrando por 72 años.

 
 
 

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